miércoles, 21 de agosto de 2013

ENCANTO




En el principio del Todo, fue tu sonrisa
la bailarina dúctil de tu encanto
a paso suave tus ojos y tu boca
eran el alfa- omega de la dulce osadía
donde temblaba mi cuerpo en tus brazos
Tu piel y mi piel se hicieron horizonte
alcoba encantada de la misión del tacto
perdidos en el laberinto de dos almas
nuestras falanges en ofrenda conmovedora
el lenguaje de un piano.
El deseo anidaba su virtud de barro
e ibamos tras los últimos pájaros
con los cuerpos asidos al milagro
dispersando  con nuestro fuego
la inolvidable escarcha.
Al vacío del tiempo  y los metales
este encanto de amarnos que no cede
y es tu sonrisa de sal y auroras,
la niebla dulce
que tiñe la desnudez de antiguos besos.
MARISA ARAGÓN WILLNER
P/ La Sutil brizna.

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